Si estás pensando en constituirte como aval de una obligación es necesario que antes estudies el crédito. En este artículo te explicaré cuáles son las responsabilidades del avalista, en qué consiste, cuándo se le puede cobrar y cuándo puede excusarse de su obligación.
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El aceptar ser avalista implica convertirse en codeudor solidario de un determinado crédito, es decir, ser deudor por el total de la deuda y sin que sea un requisito para el titular del crédito demandar primero a quien llamaremos deudor original.
El demandante antes de iniciar un juicio ejecutivo para el cobro del crédito, puede decidir dirigirse directamente contra ti como avalista, sin que puedas excusarse del pago por el hecho de no haber sido demandado primero el deudor original. Por supuesto que si tu situación económica es mejor que la del deudor el demandante no va a dudar dirigirse contra ti.
En este caso, una vez que hayas pagado la deuda, tendrás una acción contra el deudor para que te restituya lo que has pagado.
Lo más importante antes de ofrecerse generosamente para avalar un crédito que solicita un familiar o amigo, es tener presente las implicancias de este acto y sobre todo, estudiar las posibilidades que tendrás de pagar el crédito si es que por cualquier circunstancia el deudor original no pudiese cumplir en tiempo y forma. De esta manera, podrás ahorrarte la verdadera pesadilla que significa el verse obligado a pagar una deuda ajena, incluso arriesgando sus propios bienes en caso de no ser capaz de solventarla.
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