Independientemente de si eres persona o empresa, también está en tus manos hacer lo posible para lograr que te paguen lo que te deben y evitar el momento en que un deudor se vea incapaz de pagar. Ayuda a tus deudores a que te paguen. Recordatorios constantes y planes de seguimiento a morosos permitirán que tus bolsillos o los flujos de caja de tu negocio sigan saludables y libres de deudas de terceros.
Si tienes dudas respecto a este tema u otro similar escríbenos aquí y un abogado de nuestro equipo se pondrá en contacto contigo a la brevedad.
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La relación con un amigo, proveedor o un cliente cambia cuando se debe exigir el pago atrasado de una deuda u otro tipo de obligación.
Así que dependiendo del deudor y del tipo de deuda, es necesario que la persona o empresa sepa cuándo exactamente comenzar a cobrar. Si serán después de 30 o 60 días, o más, todo dependerá del tipo de relación establecido.
No es lo mismo cuando se trata de dinero comprometido en un documento legal, como un contrato de prestación de servicios, que fija fechas de pago y cobranza, comparado con cobrar una deuda informal, que no cuenta con el respaldo de un documento, que normalmente consiste de préstamos por montos y plazos acodados entre pares en base a un acuerdo verbal.
Evita el conflicto y la controversia al inicio. A medida que se acerca la fecha de pago, contacta al deudor a través de distintos medios (medio telefónico, e-mail, visita a su oficina) y recuérdale de su deuda amablemente.
Muchas veces, el tono conciliador evitará que el deudor se asuste o se ponga a la defensiva. Y le dará la oportunidad de “recordar” que tenía ese pago pendiente.
Si sigue sin pagar, llama sólo para conversar. Muchos necesitan que los escuchen y explicar su situación; sienten que están entrampados y sin salida. Si observan que estás dispuesto a escuchar, la misma conversación puede generar ideas que faciliten el pago.
Sé empático y ofrece la posibilidad de evaluar un plan de pago adecuado a sus capacidades e ingresos que les permita pagar lo que te deben.
Asegúrate también de conocer el historial de pago del deudor antes de consultarle sus razones; puede suceder que la mora sea consecuencia de la repactación de un cobro anterior, o bien es la primera vez que no te paga.
Mantén un tono neutral y elige bien tus palabras. Documenta todo lo que el deudor te diga y déjale una copia de lo conversado; agradecerá tu disposición y transparencia.
Llamar a sus celulares puede generar mayor rechazo y hasta provocar un mayor conflicto, al sentirse invadidos en su espacio privado. En cambio, ubicarlos en sus oficinas los obliga a enfrentar la situación de forma cordial y correcta; evitarán el conflicto para que sus trabajadores u colegas no se enteren de que deben dinero.
Contacta al deudor y establece un plazo específico para que cumpla con la obligación, que sea dentro del período legal de cobro de una obligación, explicándole que así evitará ir a juicio. Puedes hacerlo directamente o bien contratar a un abogado especialista en cobranzas.
Normalmente, los morosos responden ante una nueva oportunidad de pago, excepto por aquellos que no tienen capital o simplemente no quieren pagar.
Conversa con tu deudor un plazo de recepción de pagos parciales en montos que beneficien a ambos.
En esta etapa muchas personas logran acuerdos que permiten saldar lo adeudado en parte o en su totalidad.
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